This story was published in English on November 22th, 2024.
El Premio Nobel de Química de 2024 reconoció al Dr. David Baker por su trabajo pionero en el diseño computacional de proteínas, junto con los doctores Demis Hassabis y John Jumper por sus contribuciones a la predicción de las estructuras proteicas. El Dr. Baker, catedrático de la Universidad de Washington y miembro del Consorcio del Cáncer, lleva décadas formulando algoritmos informáticos que permiten a la comunidad científica diseñar nuevas proteínas, es decir, no existentes en la naturaleza. Su trabajo se centra en cómo las proteínas adquieren sus formas tridimensionales (y, por ende, sus funciones). Esta capacidad de diseñar proteínas personalizadas ‘desde cero’ abre la puerta al diseño de fármacos, vacunas y nanomateriales altamente selectivos, entre otras.
Baker comenzó a diseñar el programa Rosetta para diseñar proteínas nuevas en 1998. La herramienta ensambla fragmentos de distintas estructuras proteicas con secuencias similares, locales del Banco de Datos de Proteínas. De manera que optimiza la secuencia y la estructura de la proteína al mismo tiempo. Sin Rosetta, determinar la estructura de una proteína podía llevar años, pero con esta técnica computacional, los equipos de investigación pueden obtener resultados mucho más rápidos y con una precisión notable. Vale destacar que en sus inicios la precisión de Rosetta era bastante deficiente y la precisión de estos algoritmos, suficiente para empezar a sustituir a la determinación experimental de estructuras, sólo es reciente.
Repasemos entonces las aplicaciones prácticas del trabajo de Baker, empezando por las proteínas que se dirigen a la endocitosis, o EndoTags. Estas proteínas están diseñadas para potenciar la endocitosis, un proceso celular mediante el cual las células introducen moléculas extracelulares, que luego se descomponen por la vía del lisosoma. Las EndoTags están diseñadas para unirse a los receptores sin interferir con los ligandos naturales, “apropiándose” de las vías internas de la célula para así promover la degradación de proteínas específicas. Los resultados de esta investigación se publicaron recientemente en la revista Nature.
Para probar las EndoTags, el equipo exploró receptores endocíticos con diferente expresión tisular y mecanismos posteriores. Estos objetivos incluían (1) el Receptor del Factor Insulínico 2 de Crecimiento (IGF2R), que se encuentra en la mayoría de los tejidos y desencadena la endocitosis a través de la dimerización del receptor, (2) el Receptor de Asialoglicoproteína (ASGPR), que se expresa principalmente en el hígado y requiere agrupación para la endocitosis, (3) el Receptor de Transferrina (TfR), que se expresa en el cerebro, el hígado y los músculos, y está presente de forma cíclica en la superficie celular y los compartimentos internos, y (4) la Sortilina, que se encuentra en el sistema nervioso central y está presente similarmente de forma cíclica en las distintas estructuras internas de la célula.