Después de que Rose muriera a causa de la enfermedad en cuestión de meses, su hija se enteró de que no había organizaciones de apoyo para el cáncer de páncreas. Lo único que encontró, dijo Marquardt, fue un chat en Internet sobre “cáncer de páncreas” en el sitio web de Johns Hopkins Medicine. Marquardt preguntó a los usuarios del chat qué les parecía usar el morado para representar la enfermedad. A ellos les pareció una buena idea.
En 1999, Marquardt fundó la Pancreatic Cancer Action Network (Red de Acción contra el Cáncer de Páncreas). Su sitio web está bañado en morado. Hoy en día, el morado (o violeta) se ha adoptado en varios lugares dentro del entorno del apoyo contra el cáncer.
Sin embargo, otros defensores que buscan generar reconocimiento y fondos para el cáncer carcinoide eligieron un patrón más fuera de lo común: rayas de cebra.
Se basa en un consejo filosófico que los médicos reciben en la facultad de medicina: “si oyes cascos a galope piensa en caballos, no en cebras”. Eso quiere decir que, si alguien presenta síntomas de enfermedades frecuentes, hay que pensar en enfermedades frecuentes y no en afecciones infrecuentes, como el cáncer carcinoide, un tipo de tumor neuroendocrino.
“Queremos que los médicos piensen que, además de una de las enfermedades más frecuentes, algo menos frecuente [como el cáncer carcinoide] podría causar esos síntomas. Y esa es la cebra”, dijo Grace Goldstein, directora de operaciones de la Carcinoid Cancer Foundation (Fundación contra el Cáncer Carcinoide). En la página de Facebook de la organización sin fines de lucro, recientemente se publicó un filtro que permite a los usuarios poner rayas de cebra sobre sus perfiles.
“Es una comunidad. Eso también es importante”, dijo Goldstein. “Pero sin suficiente concienciación sobre la enfermedad, no habrá investigaciones”.
Cómo el color durazno se convirtió en rosa
El tono más famoso, el rosa, tiene más que una pizca de controversia en su colorida historia. En un comedor de California en 1991, Charlotte Haley, de 68 años de edad en aquel entonces, comenzó a elaborar cintas de color durazno para generar atención para el cáncer de mama. En cada paquete de cinco, incluía una tarjeta postal en la que pedía a las personas presionar al Instituto Nacional del Cáncer para aumentar su presupuesto en el área de prevención del cáncer. Haley distribuyó miles de cintas de color durazno.
En 1992, el editor de la revista Self Magazine y el vicepresidente de Estée Lauder le pidieron a Haley su colaboración. Ella se rehusó, diciendo que su uso previsto era demasiado comercial. En vez de eso, los ejecutivos decidieron usar el rosa para su propia campaña de concienciación, según el Breast Cancer Consortium (Consorcio del Cáncer de Mama).
La verdadera oleada de tonos para la concienciación del cáncer comenzó alrededor de 10 años después. En 1999, cuando Linda Nielsen y dos socias crearon ChooseHope.com, un sitio con fines de lucro de venta de mercancía para pacientes con cáncer y sus defensores, había “quizás seis” colores, entre estos, el verde azulado para cáncer de ovario y el blanco para cáncer de pulmón, recordó Nielsen.
“Fuimos a cada una de las organizaciones y les dijimos: ‘¿tienen un color para la concienciación sobre el cáncer?’”, dijo Nielsen, una sobreviviente de cáncer de mama cuya compañía ha donado desde entonces más de 900,000 dólares a organizaciones benéficas para el cáncer.
Hoy, ChooseHope vende pulseras y otros productos de concienciación que abarcan 29 tipos o grupos de cáncer. Sus existencias en línea incluyen vasos negros de seis dólares para melanoma y anillos color ámbar de un dólar para el cáncer de apéndice.
“Me preocupa la proliferación”, dijo Caldwell, la paciente con cáncer de mama metastásico y bloguera de Seattle. “No es porque piense que el compañerismo y la concienciación que genera sean algo malo. Es obvio que son buenos. Pero como alguien que vive en el mundo del cáncer de mama y que ve octubre rosa, latas rosas de gas pimienta o pistolas rosas —cosas que evidentemente no son buenas para la salud— me preocupa que, para organizaciones de otros tipos de cáncer, se apropien de su mensaje de la misma manera que ha sucedido con el cáncer de mama”.
Pero para Pamela Acosta Marquardt, cuya madre inspiró la representación del cáncer de páncreas con el color morado, el tono sigue siendo una forma de honrar a su mamá y de luchar contra la enfermedad que le quitó la vida. Hoy en día, ella sigue usando ese color.
“El morado era el color favorito de mi madre… Cuando yo era pequeña, mi recámara estaba pintada de blanco y lavanda. El color siempre formó parte de nuestra vida”, dijo Marquardt, quien actualmente sigue usando el morado en honor de su mamá. “Es gracioso, porque mi madre vino de una familia humilde. Creció en Twin Cities sin lujos. Nunca pensó que su vida importara, pero miren dónde estamos nosotros y el color morado ahora”.
This story was translated from the original English by the Academy of Languages Translation and Interpretation Services, with editing led by Adriana Nodal-Tarafa.